Prueba de Fuego para la Mutual
El lamentable flagelo que aqueja a la humanidad -el COVID19- y que nos alcanza con todas sus consecuencias, exige, imperiosamente, que entendamos en toda su dimensión cuál debe ser nuestra actitud y nuestro comportamiento, como una organización que cumple un papel preponderante en la comunidad en que estamos insertos en todo el país, brindando sus servicios a miles de familias asociadas, especialmente en materia de la asistencia de la Salud, bajo el modelo bio-psico-social, actividad que le valió el reconocimiento de la Organización Panamericana de la Salud -OPS- al poner a la AMPF como ejemplo a seguir en toda América Latina.
Sabemos que esta cruel enfermedad, progresivamente va requiriendo la toma de decisiones necesarias para, en concordancia con las resoluciones e indicaciones del Ministerio de Salud y de la propia Presidencia de la Nación, que de algún modo morigeren los perjuicios que la pandemia ocasiona y hace que los esfuerzos de profesionales y científicos, no baste para lograr una rápida solución.
Esta situación, en nuestro caso, aconseja tomar conciencia que el problema no es de algún área de la Mutual en particular, sino de la Mutual en su conjunto. Y es por eso que, más que nunca, se impone realizar un trabajo armonizado e intenso que exige, sobre todas las cosas, poner en juego nuestras convicciones y principios solidarios, que surgen con su mayor potencia cuando nos enfrentamos a cualquier infortunio que afecte al ser humano, que como hemos dicho reiteradamente, nunca nos es indiferente.
Nuestra responsabilidad como Entidad que presta Servicios de Salud, hace que en esta ocasión la respuesta que demos para ayudar a superar las consecuencias de la pandemia, no sea solo con respecto a nuestros asociados, sino que también debemos acompañar los esfuerzos de todo el pueblo de nuestro país, estando en primera fila de este combate inédito para nuestra organización, por su envergadura y por el tiempo que demandará la lucha con este enemigo invisible.
La Comisión Directiva, como siempre, confía plenamente en las personas que tienen a su cargo brindar sus servicios sociales y por tanto está segura que estaremos a la altura y en condiciones de superar esta prueba de fuego que, como nunca antes, le ha tocado enfrentar, dadas las singulares características que la distinguen.
Nunca como ahora, el sistema mutualista argentino es convocado a aportar toda su experiencia y su fortaleza doctrinaria, en este sin igual desafío que le permitirá demostrar, palmariamente, la jerarquía social que nutre a su actividad y por ende, retomar el protagonismo que, históricamente, lo ha hecho una de las riquezas más preciadas de la humanidad: la SOLIDARIDAD PRACTICADA PARA EL BIEN COMUN.