EL BICENTENARIO Y EL MUTUALISMO
Acercándonos al Bicentenario pensamos
que se impone expresar, con autenticidad y
valentía, que en nuestro país no estamos
tan próximos como es de desear, de saldar
la deuda social y por tanto, debería ser esa
la prioridad fundamental, para recibir al
2010 en. una Argentina liberada del
problema moral que a todos nos afecta y
que requiere, Impostergablemente, un
firme compromiso comunitario en la búsqueda del bienestar general.
Hoy debemos afrontar formas inéditas de
pobreza y exclusión, potenciadas por
condiciones de desigualdad que
constituyen un desafío a la Imaginación y
creatividad. No será posible producir
cambios profundos en esta situación, si no
se entiende que es preciso reconocer y
promover la idea de que el bien común se
construye a partir de un claro
discernimiento de la dura realidad que
vivimos.
En una época como la actual, caracterizada
por una depreciación del concepto de
solidaridad y de la vocación de servicio,
que exige la suma de voluntades
canalizadas en el contexto de una
organización social, será imprescindible
acudir a los valores siempre vigentes del
mutualismo. Debemos fortalecer la mística
del sistema que reúne, como ningún otro,
las convicciones éticas y el compromiso
institucional de trabajar por la valoración
del ser humano y la dignificación de sus
asociados.
El crecimiento desmesurado del
individualismo, viene haciendo un
manifiesto mal y propicia en nuestra
sociedad las situaciones de exclusión
social generadoras del aumento de la
discriminación y la marginalidad. Por el
contrario, la esencia del mutualismo,
promueve los vínculos de pertenencia y la
unión fraternal, con propósitos comunes
de convivencia para lograr una mejor
calidad de vida.
Es por eso, que se debe alentar, fomentar y
apoyar decididamente, la existencia y el
funcionamiento de las entidades mutuales,
ya que es fundamental fortalecer el servicio
al prójimo con miras al bienestar común.
Es necesario el desarrollo integral de un
verdadero liderazgo de las instituciones de
la economía social y solidaria, con
integridad moral y amplitud de miras, de
forma de cambiar rápidamente la historia.
Primer centenario
En 1910, en la celebración del Centenario
de nuestra Patria, el mundo miraba a la
Argentina como una tierra de promisión y
de esperanza para miles de inmigrantes de
todas las latitudes, que arribaban a
nuestras playas con la expectativa de
lograr el progreso y el bienestar de sus
familias. Aquí se encontraban con un país
convertido en granero universal, lleno de
posibilidades de desarrollo y de escenarios
abiertos a todas las manifestaciones de
progreso laboral, cultural y económico. Ya,
desde las postrimerías del siglo XIX traían
junto a sus ansias de paz, justicia y
prosperidad, la práctica de la ayuda
recíproca, exteriorizada en la creación de
entidades de socorros mutuos y centros
asistenciales de salud.
Así nacieron instituciones tan importantes
como Unione y Benevolenza, Hospital
Italiano, Hospital Español, Centro Gallego y
otras, integradas por las colectividades
europeas componentes de la corriente
inmigratoria. La actividad desplegada en
esas entidades, que aun se conservan
brindando sus servicios a toda la
comunidad, constituyeron la escuela del
mutualismo criollo, que fue desarrollándose doctrinariamente y estructuralmente a su imagen y semejanza.
Bicentenario
Es cierto que el segundo Centenario hacia
el que transitamos en este momento nos
sorprende con un temblor financiero
globalizado y nos afecta en gran medida,
pero, es también verdad, que poseemos un
potencial territorial y una riqueza humana,
que formada en el sistema solidario por
excelencia, nos proporciona la fuerza
necesaria para superar esta crisis.
Si cumplimos con tenacidad y
perseverancia el propósito de celebrar en el
año 2010 el Bicentenario, con la deuda
social saldada, habremos cumplido
también, con las expectativas e ilusiones
que despiertan dos siglos de
independencia, con un pueblo
anímicamente reconfortado. Volveríamos a
ser esa especie de tierra prometida, donde
la igualdad de oportunidades, hará posible
todos los sueños de sus habitantes y
asegurará la obtención de un futuro de
grandeza para nuestra Patria.
El mutualismo es un medio insuperable
para lograr establecer, con el ejemplo de su
noble actividad en la comunidad, el
concepto y la acción de sumar esfuerzos y
voluntades que ayudarán, sin duda alguna,
en esa tarea de cambiar la realidad
existente, y asumirá, con absoluta
responsabilidad, esa obligación
irrenunciable de todos los actores sociales
y políticos, de hacer renacer a ese país
pujante de 1910, para que el Bicentenario
nos encuentre posicionados y cumpliendo
el destino de grandeza que,
inexplicablemente, hemos perdido.
El bicentenario y nuestras mutuales
Nuestras Mutuales, como integrantes destacadas, no sólo del sistema mutualista argentino, con dinámica actividad en el orden nacional, participando en el funcionamiento de FEDEMBA y de CONAM, sino también como co-fundadoras de ODEMA, la joven y pujante Organización de Entidades Mutuales de las Amércias, asociada a la AISS (Asociación Internacional de la Seguridad Social), tienen reservado un rol trascendente, junto a sus pares del sistema mutual argentino, en esa suprema tarea de reconquistar una nación que ostente con legítimo orgullo una situación político-institucional, donde se destaque, prioritariamente, el derecho ciudadano a realizarse él y su familia, con irrestricto respeto por su seguridad social, ideales y convicciones.
El mayor objetivo entonces, es alcanzar la creciente e integral adhesión de las familias al sistema, ya que pensamos que en su seno se generan los valores comunitarios y el mutualismo es el vehículo mas idóneo para transmitirlo a la sociedad toda.
Potenciar a nuestras mutuales, es propiciar la convivencia y el incremento de la autoestima de las familias asociadas, que pueden lograr, con autonomía de dependencia de todo tipo, de asistencialismos o prebendas, el acceso a sus derechos, especialmente en lo que respecta a la salud, educación, apoyo económico, salida laboral, etc., en un marco democrático e igualitario, que garantiza el esquema jurídico que rige para el funcionamiento del mutualismo.
En conclusión, estas reflexiones se proponen, muy humildemente, reflejar el espíritu constructivo de nuestras mutuales y desear con profundo respeto que sean compartidas por los hermanos mutualistas y junto a todos los argentinos, contribuyamos a vivir un bicentenario celebrado con el júbilo de hacerlo en una gran nación justa y solidaria.
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