nota editorial enero 2009

  EL BICENTENARIO Y EL MUTUALISMO 

Acercándonos al Bicentenario pensamos que se impone expresar, con autenticidad y valentía, que en nuestro país no estamos tan próximos como es de desear, de saldar la deuda social y por tanto, debería ser esa la prioridad fundamental, para recibir al 2010 en. una Argentina liberada del
problema moral que a todos nos afecta y que requiere, Impostergablemente, un firme compromiso comunitario en la búsqueda del bienestar general.

Hoy debemos afrontar formas inéditas de pobreza y exclusión, potenciadas por condiciones de desigualdad que constituyen un desafío a la Imaginación y creatividad. No será posible producir cambios profundos en esta situación, si no se entiende que es preciso reconocer y promover la idea de que el bien común se construye a partir de un claro discernimiento de la dura realidad que vivimos.

En una época como la actual, caracterizada por una depreciación del concepto de solidaridad y de la vocación de servicio, que exige la suma de voluntades canalizadas en el contexto de una organización social, será imprescindible acudir a los valores siempre vigentes del mutualismo. Debemos fortalecer la mística del sistema que reúne, como ningún otro,
las convicciones éticas y el compromiso institucional de trabajar por la valoración del ser humano y la dignificación de sus asociados.

El crecimiento desmesurado del individualismo, viene haciendo un
manifiesto mal y propicia en nuestra sociedad las situaciones de exclusión
social generadoras del aumento de la discriminación y la marginalidad. Por el contrario, la esencia del mutualismo, promueve los vínculos de pertenencia y la unión fraternal, con propósitos comunes de convivencia para lograr una mejor calidad de vida.

Es por eso, que se debe alentar, fomentar y apoyar decididamente, la existencia y el funcionamiento de las entidades mutuales, ya que es fundamental fortalecer el servicio al prójimo con miras al bienestar común.
Es necesario el desarrollo integral de un verdadero liderazgo de las instituciones de la economía social y solidaria, con integridad moral y amplitud de miras, de forma de cambiar rápidamente la historia.

Primer centenario

En 1910, en la celebración del Centenario de nuestra Patria, el mundo miraba a la Argentina como una tierra de promisión y de esperanza para miles de inmigrantes de todas las latitudes, que arribaban a nuestras playas con la expectativa de lograr el progreso y el bienestar de sus
familias. Aquí se encontraban con un país convertido en granero universal, lleno de posibilidades de desarrollo y de escenarios abiertos a todas las manifestaciones de progreso laboral, cultural y económico. Ya, desde las postrimerías del siglo XIX traían junto a sus ansias de paz, justicia y
prosperidad, la práctica de la ayuda recíproca, exteriorizada en la creación de entidades de socorros mutuos y centros asistenciales de salud.

Así nacieron instituciones tan importantes como Unione y Benevolenza, Hospital Italiano, Hospital Español, Centro Gallego y otras, integradas por las colectividades europeas componentes de la corriente inmigratoria. La actividad desplegada en esas entidades, que aun se conservan
brindando sus servicios a toda la comunidad, constituyeron la escuela del
mutualismo criollo, que fue desarrollándose doctrinariamente y estructuralmente a su imagen y semejanza.

Bicentenario

Es cierto que el segundo Centenario hacia el que transitamos en este momento nos sorprende con un temblor financiero globalizado y nos afecta en gran medida, pero, es también verdad, que poseemos un potencial territorial y una riqueza humana, que formada en el sistema solidario por
excelencia, nos proporciona la fuerza necesaria para superar esta crisis.
Si cumplimos con tenacidad y perseverancia el propósito de celebrar en el
año 2010 el Bicentenario, con la deuda social saldada, habremos cumplido
también, con las expectativas e ilusiones que despiertan dos siglos de
independencia, con un pueblo anímicamente reconfortado. Volveríamos a
ser esa especie de tierra prometida, donde la igualdad de oportunidades, hará posible todos los sueños de sus habitantes y asegurará la obtención de un futuro de grandeza para nuestra Patria.

El mutualismo es un medio insuperable para lograr establecer, con el ejemplo de su noble actividad en la comunidad, el concepto y la acción de sumar esfuerzos y voluntades que ayudarán, sin duda alguna, en esa tarea de cambiar la realidad existente, y asumirá, con absoluta responsabilidad, esa obligación irrenunciable de todos los actores sociales y políticos, de hacer renacer a ese país pujante de 1910, para que el Bicentenario nos encuentre posicionados y cumpliendo el destino de grandeza que,
inexplicablemente, hemos perdido.

El bicentenario y nuestras mutuales

Nuestras Mutuales, como integrantes destacadas, no sólo del sistema mutualista argentino, con dinámica actividad en el orden nacional, participando en el funcionamiento de FEDEMBA y de CONAM, sino también como co-fundadoras de ODEMA, la joven y pujante Organización de Entidades Mutuales de las Amércias, asociada a la AISS (Asociación Internacional de la Seguridad Social), tienen reservado un rol trascendente, junto a sus pares del sistema mutual argentino, en esa suprema tarea de reconquistar una nación que ostente con legítimo orgullo una situación político-institucional, donde se destaque, prioritariamente, el derecho ciudadano a realizarse él y su familia, con irrestricto respeto por su seguridad social, ideales y convicciones.

El mayor objetivo entonces, es alcanzar la creciente e integral adhesión de las familias al sistema, ya que pensamos que en su seno se generan los valores comunitarios y el mutualismo es el vehículo mas idóneo para transmitirlo a la sociedad toda.

Potenciar a nuestras mutuales, es propiciar la convivencia y el incremento de la autoestima de las familias asociadas, que pueden lograr, con autonomía de dependencia de todo tipo, de asistencialismos o prebendas, el acceso a sus derechos, especialmente en lo que respecta a la salud, educación, apoyo económico, salida laboral, etc., en un marco democrático e igualitario, que garantiza el esquema jurídico que rige para el funcionamiento del mutualismo.

En conclusión, estas reflexiones se proponen, muy humildemente, reflejar el espíritu constructivo de nuestras mutuales y desear con profundo respeto que sean compartidas por los hermanos mutualistas y junto a todos los argentinos, contribuyamos a vivir un bicentenario celebrado con el júbilo de hacerlo en una gran nación justa y solidaria.