EN
DEFENSA DE LOS VALORES MUTUALISTAS
Estamos en presencia de una tremenda campaña mediática,
que afecta al mutualismo como institución y que tiene
un trasfondo de intereses económicos y financieros
concomitantes. Su origen responde a un plan concebido con
el propósito de desprestigiar a las mutuales, para
instalar en su lugar, a las entidades bancarias nacionales
y privadas en el mercado, otrora despreciado por las mismas
y ahora objeto de su codicia, que es el mini crédito
a jubilados y pensionados.
Si bien es cierto que hemos visto el accionar de “pseudas
mutuales”, que sirven de pantalla a capitales especulativos
de múltiples procedencias, que escudados en esa apócrifa
denominación, nada tienen que ver con la doctrina
y la historia de un movimiento social absolutamente solidario
como es el mutualismo, no es menos cierto, que se pretende
confundir a la opinión pública haciendo creer
que el sistema en su conjunto, es perjudicial para los intereses
de los asociados.
Por cada una de esas asociaciones ilícitas, tomadas
como ejemplo indeseable, existen miles de mutuales en todo
el país, algunas con actividad más que centenaria,
cubriendo requerimientos de comunidades en materia de salud,
vivienda, capacitación, ayudas económicas,
turismo, calidad de vida, etc. y de esto puede dar fe legal
y pública el INAES, organismo encargado de la regulación,
contralor y fomento del mutualismo nacional.
Se omite así deliberadamente, reconocer que los servicios
y beneficios que las mutuales brindan a la comunidad, no
le son proporcionados por ninguna otra empresa de índole
lucrativa, ni tampoco por el propio Estado.
Ante esta emergencia, se impone en forma inexcusable, que
todo el movimiento mutualista alce la voz en respuesta de
este ataque corporativo y defienda en todos los ámbitos
de orden nacional e incluso en los foros internacionales,
la noble misión humanista y el aporte de los valores
del mutualismo, en la economía social y solidaria
de nuestro país.
Desde nuestras Entidades y a través de las organizaciones
de segundo y tercer grado (FEDEMBA, CONAM y Odema) que nos
nuclean, propugnaremos, ante la gravedad que reviste la
situación que enfrentamos, una actitud firme que
dé una respuesta contundente con energía y
determinación y que ponga en claro la legítima
representatividad de los intereses del sistema. Con esta
unidad conceptual, más que estructural, lograremos
el respeto y consideración que merece el mutualismo,
en su carácter de vocero de millones de compatriotas
cuyas necesidades nadie atiende fuera de su mutual.
Alfredo Sigliano
Presidente AMPF
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