Corré, Domingo, corré
Domingo Zavala, asociado en Neuquén, es campeón argentino y sudamericano de atletismo en la categoría Veteranos. Tiene 74 años.
La culpa de que a los 74 años Domingo Zavala sea campeón sudamericano de atletismo la tiene su vesícula. Tenía unos 57 años cuando su médico le dijo que tenía que operarse, pero antes debía bajar de peso. Andaba cerca de los 90 kilos y le recomendaron salir a caminar y cuidarse en las comidas. Justo a él, que desde que llegó de su Chile natal llevaba una vida sin mucho apuro: trabajaba en la construcción y para eso se había radicado en San Martín, en el Gran Buenos Aires, pero no se adaptó. “Era una vida muy apurada, así que nos vinimos para acá”, dice vía telefónica desde su casa, en la ciudad de Neuquén.
Fondos y pasadas
Entonces, cuando la vesícula se le rebeló, emprendió las caminatas. “Así empezó la cosa del deporte, que yo nunca había hecho. Después, empecé a trotar”, relata Domingo, para quien el deporte, hasta ese momento, se resumía en algún picadito de fútbol de potrero, de vez en cuando. “Nunca pensé que iba a llegar a esto”, agrega, y este cronista no deja de pensar en el protagonista de la película Forest Gump.
Lo que nunca pensó, tampoco es que alguien lo observaba durante sus rutinas de trote y caminata. “Un señor cubano me vio correr una vez y me dijo que me iba a hacer un plan de entrenamiento, y que me veía campeón. Entonces me dejó escrito lo que tenía que hacer: los ‘fondos’, las ‘pasadas’.. Me dijo que lo cumpliera y que cuando corriera en serio, me iba a acordar de él. Y así fue”.
La competencia deportiva llevó a Domingo Zavala a correr a Mar del Plata, Bahía Blanca, Córdoba, Comodoro Rivadavia, Chile y Brasil. Sus logros más recientes son los más importantes: en junio salió campeón argentino en media maratón en la categoría veteranos de 70 a 74 años en la ciudad de Córdoba, y en noviembre se consagró campeón en Comodoro Rivadavia, donde participó de los 8.000 metros en el Campeonato de Ruta, Cross Country y Medio Maratón, entre representantes de 14 países. Lo hizo representando al Círculo de Veteranos de Neuquén, con el auspicio de AMPF, de la cual es asociado en esa delegación.
Rutina profesional
Y aquel constructor que huyó de la vida apurada cercana a Buenos Aires, ahora no para de correr. Entrena casi todos los días, de lunes a viernes, cada uno de ellos con su rutina específica, que sigue siendo aquella que le dejó por escrito el visionario cubano.
“Por ejemplo, los lunes hago fondos de una hora; los martes, pasadas de 400 metros; los miércoles troto una hora diez, una hora veinte minutos; los jueves, pasadas de 1000 metros, y los viernes, fondos de una hora veinte minutos. Los sábados voy cambiando los ritmos y los niveles de exigencia, porque el médico me dijo que con 74 años me tengo que cuidar un poco. Entonces, hago uno rápido, otro lento, después mitad y mitad”… puntualiza.
Como se vé, Zavala entrena todos los días –menos los domingos-, “pero si tengo una prueba el domingo, el jueves es el último día que entreno. Y depende de la prueba, si es media maratón (21 kilómetros) o 10 kilómetros, hago un entrenamiento adecuado a eso”.
Además, se cuida en las comidas: “Mucha verdura, mucha fruta y legumbres, y quince días antes de competir, nada de carnes rojas”, explica.
Si bien nadie de su familia sigue sus pasos, Domingo se siente acompañado por su esposa y sus cuatro hijos, además de sus vecinos que no dejan de alentarlo cada vez que compite, o lo ven pasar por la calle o las bardas neuquinas que rodean a la ciudad mientras entrena, lejos de pistas profesionales, gimnasios, máquinas especiales para atletas. Lo suyo es sudor, constancia, perseverancia, que lo convirtieron en el orgullo de la ciudad y lo llevaron a estar entre los mejores atletas latinoamericanos. O más. Porque su próxima meta es el mundial a disputarse en Brasil en 2013. “Después me retiro, antes de cumplir los 80”, anuncia.